Por triste que sea, nuestras mascotas también son propensas a padecer enfermedades. Cuando esto ocurre, lo mejor es actuar rápidamente para así evitar que los síntomas empeoren. Así como pasa con los humanos, las enfermedades que afectan a los animales son muy variadas. Sin embargo, existen algunas que son muy comunes, como la miasis que afecta frecuentemente a los perros.
En este artículo, te explicaremos qué es la miasis, cuáles son los síntomas y qué tratamiento debe seguirse. Para así poder eliminar esta enfermedad que puede ser mortal.
¿Qué es la miasis?
La miasis es una enfermedad producida por las larvas de la mosca del género Diptera. Se le conoce también con el nombre común de “bichera”. Aparece cuando estas moscas depositan sus huevos en heridas abiertas, zonas inflamadas o regiones húmedas del cuerpo del animal. Cuando estos eclosionan, aparecen larvas que se alimentan del tejido muerto. Posteriormente estas larvas se transforman en gusanos.
Los gusanos son capaces de segregar una enzima que consume el tejido sano del perro. Por ende, a medida que pasa el tiempo, la herida se va profundizando y atraen más moscas que depositarán nuevas larvas. Este tipo de infección es común en animales callejeros o que están descuidados.
Síntomas de la miasis
Los huevos eclosionan después de 3 días de haber sido depositados y surgen las larvas. Cuando estas aparecen, se comienzan a ver los síntomas. El principal es la aparición de lesiones en forma de agujeros redondeados por donde las larvas penetran.
Una vez que esto ocurre, es común que el perro sufra de mucho picor e incomodidad. Pudiendo llegar a rascarse violentamente y lastimarse más aún. Otro síntoma común es la fiebre y la diarrea. En los casos graves, se puede apreciar una pérdida considerable de peso.
Si no se atiende esta enfermedad, se producen infecciones bacterianas importantes que segregan numerosas toxinas. Al final, una gran cantidad de estas produce un shock séptico y la muerte.
Tratamiento
Ante una sospecha de miasis, debemos llevar a nuestra mascota con el veterinario para iniciar el tratamiento. Primero, el médico procederá a limpiar la herida con suero fisiológico u otra sustancia antiséptica. Luego, con ayuda de una pinza comenzará a extraer las larvas que se encuentran en la zona.
Cuando se hayan extraído todas las larvas, se limpiará la zona una vez más y se aplicará alguna solución antibiótica. Finalmente, la herida es vendada para evitar que se depositen más huevos. Al cabo de un tiempo, la herida habrá sanado con normalidad.
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