Gatos egipcios o Sphinx: todo sobre esta peculiar raza
Los gatos egipcios, comúnmente llamados gatos esfinge o gatos sphinx, son realmente únicos en el planeta. Ha sido el primer ejemplar en ser aceptado como una raza sin pelos o sin pelos aparentes. Son tan peculiares que te van a causar agrado o desagrado. De tal manera que diversos expertos en la materia manifiestan que proviene de la raza devon rex, compartiendo características básicas. El gato egipcio es producto de una mutación genética espontánea que sucedió en Canadá, en los años 60 del siglo pasado. Este proceso es común en la evolución de las especies. Fue en este país en donde decidieron mantener las características de los gatos que no tienen pelo o tienen una capa fina, casi imperceptible.
¿Cuánto puede costar un gato egipcio?
Algo que es común, es el cambio de precios del gato egipcio, ya que es variable y depende del lugar en donde lo vayas a comprar. Además, las condiciones del ejemplar y la popularidad de la raza en la región pesan en el coste final. Si fijas como referencia este último punto, muchos criadores de estos gatos han aumentado los precios, como consecuencia de la alta demanda de estos gatos. Si quieres saber su precio en España, puedes encontrar gatos egipcios que tienen un precio de 350 euros, en casos especiales. En estos momentos, el precio en el que puede estar un ejemplar ronda los 550 – 850 euros en promedio. Esto depende de su linaje, el criadero, la edad y el sexo del felino.
¿Por qué se llaman así y cuál es su relación con el Antiguo Egipto?
El gato esfinge o egipcio fue llamado en un principio “canadiense sin pelo”. Debes recordar que, si bien su nombre sugiere alguna relación con la antigua civilización egipcia, es un ejemplar cuyo origen es canadiense. En el año 1966, apareció una camada de gatitos con el pelo corto. En la camada hubo un gatito sin pelo, resultado de una mutación natural. Entre otras cosas, la cabeza del gato egipcio es triangular, con los ojos separados y unos pómulos bastante prominentes. Estas características recuerdan a las esculturas y jeroglíficos de gatos que existían en el Antiguo Egipto. De allí el nombre de este singular gatito. Como ves, la principal relación es su aspecto que recuerda a los antiguos gatos, venerados en la milenaria civilización como deidades. Eran ejemplares asociados con la protección. Al ser felinos, se emparentaban directamente con los leones. Para los egipcios antiguos, el león representaba a su deidad principal: Ra, el dios del sol. Se le conocía como la encarnación del dios Ra ya que mataba a la serpiente Apofis. Pero después, fue asociado a la diosa Bastet, una diosa que representaba la protección, la armonía y el amor. Es en esta época en donde el gato alcanzó su mayor veneración.
¿Por qué los gatos egipcios no tienen pelo?
El gato egipcio carece de pelaje, específicamente, carece de pelaje evidente. Esta falta de pelo no es un defecto genético ni un problema de salud, solo se trata de una mutación natural. La realidad es que tienen una capa muy fina de pelaje que es imperceptible a simple vista y al tacto.
Cuidados y consejos
Aunque pueda parecer que este gato está completamente desprovisto de pelaje en una primera inspección, lo cierto es que, si miras bien, verás una capa fina de pelaje extra corto o pelusa. Esto le da a la piel un tacto de tipo gamuza, haciéndola muy suave al tocarla. Es por ello que el interés de las personas crece con este ejemplar, ya que pueden acariciarlo y sentir su suave piel. El pelo en los animales cumple la función de termorregulador. Los gatos esfinge, al carecer de pelo, necesitan tener una temperatura corporal más elevada que el resto de gatos. Por ello, recomendamos no tenerlos en ambientes fríos o demasiado húmedos. Para mantener una temperatura corporal saludable, los gatos sphynx necesitan una dieta que les aporte más calorias, por ello, aunque sean de composición delgada, consumen más alimento que los gatos de pelo espeso. Si tienes, o quieres tener un gato egipcio, te recomendamos algún pienso para gatos de calidad y con muchos nutrientes. Pero esto no significa que no debas cuidarle. Al carecer de pelaje, el cuerpo del animal se vuelve grasiento. Por ello, debes bañarlo una vez por semana o cuando mucho, cada mes para evitar que los poros se obstruyan y que tus muebles o ropa se manchen de grasa. Además, debes limpiar sus ojos regularmente, ya que carecen de pestañas. Leer más
Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información
Los ajustes de cookies en esta web están configurados para «permitir las cookies» y ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues usando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar», estarás dando tu consentimiento a esto.